El encargado de arreglar las jardineras del mausoleo que guarda a los mártires del Moncada en Santa Ifigenia, cerquita de Martí, estaba esa mañana cambiando las flores....Allí, junto a unos retoños de flamboyanes y otras flores rojas, encontró un papel casi desbaratado por el rocío....Parece que llevaba par de días...Era diciembre de 2008... Sorprendido, y sin imaginar siquiera lo que tenía escrito, lo recogió y lo abrió con cuidado para no perderlo....Antes de leer, trató de hacer memoria....son tantas las personas que pasan por allí....pero bueno, en esos días había reparaciones, así que no fueron tantos....Le vino de pronto a la mente una pareja que había estado junto a Martí primero, y luego la joven puso flores en la jardinera...Lo recordaba porque le llamó la atención el rato que estuvieron conversando mirando al Maestro...."Tienen que haber sido ellos"....Más tranquilo, se puso a leer la carta que , por suerte, no desechó, porque era una carta de amor a un joven hermoso que habita en la misma esencia del Apóstol....
Ciudad de la Habana, 16 de noviembre de
2008
Año 50 de nuestra
Revolución.
Para Raúl …
Nunca te había escrito así, directamente, aunque
sabes que te viví y te acaricié en cada palabra de aquel proyecto que trató de
esbozar tus intentos periodísticos. Gracias a ti conocí a un buen amigo llamado
César, que es tu sobrino nieto, a tus sobrinos Jorge y César, a tu prima Alicia
-que estoy segura de que todavía está enamorada de ti-. Y cómo no te va a
querer… cómo no querer la poesía, cómo no caer deslumbrados ante ella, cómo
resistirse a esa magia tus ojos alados, a esa sonrisa ilusionada con tiempos
mejores y ese temperamento enfebrecido por amor a todo….
De ti también heredé los puntos suspensivos en
exceso en cada texto que escribo, y no sabes cuánto quisiera que estuvieras más
cerca para que los vieses, regados…como esparcidos en el párrafo sin orden
alguno, como la canela sobre un dulce, como la sal sobre la cena, como el
alpiste sobre la cama de un niño para los buenos sueños… Sabes, estuviste
siguiéndome, o haciéndome seguirte…jugaste conmigo hasta llevarme adonde
querías, al papel más viejo y deshecho o al amigo entrañable que tanto te
quiere… Erasmo sigue en Güines…he hablado con él…conversamos mucho, estuve
cerca de él cuando operaron a su esposa de una pierna…Yo estaba como en
representación tuya, evocando aquella amistad…y sé que él lo sentía así….por
eso se reía y siempre te recordaba cuando estábamos juntos… Y yo traté siempre
se ser tu novia, pero César me decía que no era tu tipo…que tu gran amor, Liliam,
era rubia……..y yo, trigueña a medias, no tenía opción…No perdono a la Buesa por no esperarte….a
los hombres como tú se les espera porque siempre regresan…se les quiere en la
patria, haciendo por ella lo que no tuviste tiempo para hacer luego, borrando esos
golpes que te dieron, para que volvieras a la vida en cualquier niño de los que
estudia hoy en esa escuela que ya no es de Baldor sino del pueblo…
Muchas de las cosas que verías ahora no te
gustarían….Nos falta mucho para cumplir todos nuestros sueños...nos hemos
equivocado, ha habido traiciones…pero nunca ha faltado valor y mucho menos las
ganas de vivir por las ideas nobles. Fidel sigue tan impetuoso como el primer
día, como cuando el Moncada al frente del combate…como cuando el Granma y la
entrañable Sierra Maestra. Ahora escribe mucho…Lo recuerdo en El Acusador,
cuando tú estabas al frente del empeño periodístico, y él hacía su recuento
crítico del PPC… No sabes cuánto lo extraño, Raúl…cuántas ganas de que hable
para nosotros….y tú debes extrañarlo también, porque estás aunque no estés… y
lo escuchaste en la Plaza
porque él nunca los ha abandonado a ustedes, ni ustedes a él… El Apóstol de la Plaza de la Revolución, grande con
blancura de mármol, y grande porque sí, porque así es Martí.
Tengo añoranza de muchos tiempos, de ti, de
Güines, de cuando estábamos juntos desde que me despertaba hasta que me dormía
sobre el teclado de la computadora… Yo aquí, sigo esperando por ver en papel lo
que escribí de ti y para ti. César al final me dijo que tú sí me querías, que
yo podía aspirar a que tú me quisieras… y yo me lo creí…quise creerlo porque
también te quiero, porque tu poesía y tu rostro siguen grandes para mí,
inalcanzables, tremendos, lindos…porque eres tú el novio que siempre quise
tener, el poeta que lucha, el que escribió sus mejores versos en la batalla, el
que fue al combate y puso a su patria por encima de todo……Por eso quiero estar
en Santiago, por eso en Santa Ifigenia…ahora, cuando cumples 80 años y sigues
con esa misma cara de 23 casi 24….Ya tengo 25, casi 26, pero sigo queriéndote
mucho… No sabes cuánto sentí lo de Olga, y que luego César no me avisara para
lo de Palmira… Raúl, yo necesito que estés siempre, que las fuerzas surjan
cuando todo parezca perdido para salir y dar la última batalla por la vida.
Ahora mismo te aseguro que quiero, he querido
mucho…. Pero nadie me ha querido de esa manera furibunda que trasciende, esa
que empuja con fuerza y ternura. Y yo no me puedo conformar… No voy sola…tengo
mi “Edita” en masculino, la persona buena y bien parecida con la que
seguramente me casaré y tendré hijos….pero me falta mi “Liliam”….la persona esa
que despierta lo mejor y te devuelve la certeza de que estás despertando
también lo mejor de alguien… Conocí a un señor que sé que hubiera compartido
con él la vida, pero partió sin decirnos lo que ya sabíamos los dos…
Conocí a un muchacho de cuatro décadas
capaz de soñar como un niño grande, y de combinar las palabras como para
desequilibrar mi buen juicio… Pero esa unión de todo, o al menos de eso
esencial, no aparece.
Haré todo por estar cerca de ti siempre, por que
este noviembre me lleve a Santiago para verte, para devolverme mucho de lo que
he perdido en tiempos donde mantenerse intacto es una proeza que pone a prueba
nuestra humanidad.
(….)
Por
la dulce memoria de Martí…en su nombre y por la patria, perduras tú en la
poesía y el periodismo de esta incesante lucha por la vida.
Y perduras siempre, juntos a todos los que
estamos contigo… Perduras en mí y en mis ganas, en mi lucha y en tu Cuba…
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