No…no
es que esté cantando a Marco Antonio Solís…….: estaba pensando en la
pelota, en la Serie
Nacional –nuestro espectáculo deportivo más importante y uno
de los espacios culturales más legitimados de la nación- que va por un camino
incierto.
Hace
unos años ya nuestra pelota sufre las consecuencias de un proceso signado por
carencias económicas, crisis de valores así como desacertada y/o inconsecuente
dirección.
Si
a ello se suma los peloteros que causan baja, se van de Cuba para jugar a otras
ligas –ya sea de manera individual y espontánea, o por contratos convenidos por
el INDER-, la falta de implementos y la escasez de una base sólida de
entrenadores y juegos para todas las categorías… ¿qué quedará para lo que se
supone sea el primer nivel de nuestro béisbol?
La
contratación sería una solución para convocar luego a esos peloteros a jugar
por el equipo Cuba, y su nivel sea mayor; pero no necesariamente beneficia
nuestra Serie. -y no veo que tampoco al equipo Cuba si ellas se basan en
resolver un problema económico del atleta y no en elevar su nivel, porque no
creo que ello se logre en Colombia o cualquier sitio raro para el
cual contar con cubano es un privilegio y para el cubano simplemente es más de
lo mismo-. Las contrataciones deben hacerse en ligas donde realmente nuestros
peloteros se superen, al menos a los futuros y posibles integrantes de un
equipo nacional.
¿Cuál
es el costo para nuestra Serie el hecho de que no siempre estén en ella a
tiempo completo sus mejores figuras? ¿Para qué quedará nuestro mayor
espectáculo: escuela formadora de peloteros para exportar? Y si así fuera, ni
siquiera hoy mismo es buena escuela, por las deficiencias técnicas que
exhibimos tristemente. Entrenadores destacados deben estar en la base, y no los
descartes que ni fueron buenos en el diamante ni como mentores. El nivel de los
nuestros, lo que se debe aprender en edades tempranas, es una deuda que está
costando demasiado -sin contar que ciertos padres preparan de manera particular
a sus hijos para que brillen no precisamente en un torneo de casa-.
Los
tiempos cambiaron, el deporte hoy funciona de otra manera, es profesional
básicamente el alto rendimiento…pero no creo que debamos conformamos por ello con
tener una Serie mediocre. Hace muchos años, además de lo cubanos que jugaban en
Grandes Ligas, había muchos otros que aquí brillaban en excelentes series
amateur o profesionales…había buen béisbol en Cuba, amén de las luminarias que
lo hacían fuera.
El
rendimiento de los que se miden en ligas foráneas muestra el talento del cubano
para la pelota; pero su aumento de nivel en esas lides también denota que el
fallo está en nuestro sistema deportivo-competitivo, que ha envejecido su
metodología o enquistado “el secreto” de ganar solo con lo bien ajustado que
tenga el cinturón el atleta. Y si a esas fuéramos, habría hasta que hacer
nuevos cintos… Hoy día, no se juega solo a corazón. Se trata, claramente, de
nivel de juego, excelencia técnica, disciplina, habilidades depuradas y, por supuesto, pasión.
Y
la pasión que desborda el béisbol en los cubanos, su rica historia, merecen
mucha más atención, o el aclamado cambio que lleva inversión, multiplicación de
espacios de juego, para revivir el placer del béisbol de serie nacional que
hoy a duras penas sostiene su categoría de primer nivel, pero que abandonarlo y
negar su importancia sería demasiado costoso
–ojo-para nuestra cultura.
Sigo
creyendo lo mismo: hay que jugar más.
Esperemos la segunda fase reforzada de la 55...
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