Hubiera querido hablar, pero, qué va...Eran demasiadas las personas que allí estaban para contar anécdotas de Juan, de su vida infinita...
Quedó pequeño el espacio de la UNEAC, como mismo es poco el tiempo para hablar de personas como él...luchador estudiantil incansable y rebelde de la Sierra...
Por eso vengo a mi rincón, a intentar saldar parte de una deuda que tendré para siempre....
La primera vez que lo vi en persona, lo vi sin verlo...No lo aproveché como debí... Fue el 13 de febrero de 2010, en el Morro, durante la presentación del libro "El Marabuzal", de su amigo Felipe Guerra Matos... Yo, con inmerecido honor, compartía con ellos la mesa de presentaciones para sacar a la luz a "Raúl Gómez García: el periodista del Moncada".... Por cortesía, comencé...luego tomó la palabra Juan, allí brotaron las anécdotas, las risas....los anhelos.... Felipito me esperaba en el fondo del salón, con dos meses de nacido y, ya majadero, tuve que salir....Cuando se calmó y regresé, aún estaba Juan hablando con Guerrita y compartiendo con todos....Cerró la presentación y nos fuimos a casa.... Siempre he padecido de una rara timidez...ese día ni fotos me tomé con ellos...Imperdonable...
Años después, y de la mano de Wilmer, mi amigo, llegué otra vez a Juan....Quedamos en un encuentro que nunca se concretó para hablar de sus luchas y de su vida, y conocerle más y de José Antonio Echeverría.... Sin embargo, todo quedó en una conversación -que no por ser por teléfono fue menos- en la que me contó que él había conocido a Pichirilo, el dominicano del Granma sobre el cual yo estaba investigando. Habían coincidido en la Embajada de México en Cuba...asilados ambos. Él, a raíz de los sucesos del 13 de marzo; y Pichirilo, por el desembarco del Granma. Me decía Juan que cómo él iba a olvidar aquello, si nunca había visto a un hombre desesperado y contrariado morder los marcos de madera de una ventana como lo hizo Pichirilo....Gracias a Juan, supe más de ese momento en el que ambos compartieron espacios cercanos....Volvió a invitarme a su casa, a conversar...pero luego enfermó, agravó... y ya no hubo tiempo....
Lamento que el paso atropellador de la vida cotidiana no nos deje salir a conversar a veces con personas que son amigas aunque no nos conozcamos....Así me pasó con Juan....Y a pesar de todo, lo siento muy cercano....
Por eso disfruté mucho ver que ayer se reunieron sus amigos para celebrarle los 85 años de vida...tantos...jóvenes de todo el tiempo.....Por eso fui, y seguiré yendo...Ojalá estas palabras que no dije ayer, pueda leerlas Juan cuando tenga un minuto en medio de su ajetreo estudiantil que no terminará nunca.
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