Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde 1965 hasta aquel enero de 1980. El periódico Granma fue para ella su casa, sitio de visitas, reuniones y charlas de madrugadas con compañeros de luchas, periodistas, combatientes... El Partido para Celia también era el alma de la Revolución que maduraba su pensamiento y tenía en la lucha ideológica retos que demandaban más entrega y esfuerzo.
El Primer Congreso, en diciembre de 1975, comenzó luego de un proceso de preparación fuerte en todo el país, del cual ella formó parte. Así se le puede ver presidiendo la asamblea municipal del Partido Comunista de Cuba del municipio Bartolomé Masó, que tuvo lugar en septiembre de ese año en la ciudad escolar "Camilo Cienfuegos". Atenta, revisando cada documento, consciente de que es en esa instancia, donde radica el grueso de los militantes, donde se logra la unidad y se define el futuro.
Luego la vemos en la Clausura de ese Primer Congreso, en el teatro Carlos Marx, el 22 de diciembre, aplaudiendo satisfecha, feliz.
Pero también la tenemos en una de sus ocurrencias creadoras que narra el historiador Pedro Álvarez-Tabío en su libro "Celia, ensayo para una biografía":
"(...) Por ejemplo, son pocos los que saben que se debió a ella la introducción de esa prenda tan práctica para el clima de Cuba que es el safari (...) Pero son menos aún los que conocen que su campaña para esrimular el uso del safari comenzo de una manera que solo a ellapodía habérsele ocurrido. Un día, ante los ojos sorprendidos de los.miembros del Buró Político reunidos en sunperiódica sesió de trabajo, Celianorganizó in desdile de modelos masculinos vestidos con safaris. Pero lo más sensacional era que esos modelos resultaron ser ministros del Gibierno, jefes de organizaciones de masas y otros dirigemtes que accedieron al requerimiento de Celia. No era fácil resistirse a una petición que viniera de ella, por insólita que pudiera resultarle al interesado. Hay que imaginar lo que habrá disfrutado Raú Roa, entonces Ministro de Relaciones Exteriores y dotado como ella también de proverbial sentido del humor, sirviendo de modelo ante un público semejante."
Así vivía Celia su Revolución, su Partido, su vida...alejada de esquemas, llena de energías, creatividad y siempre pensando cómo poder hacerlo todo mejor.
La salud de Celia le permitió solamente asistir a ese Primer Congreso...pero sabemos -para felicidad nuestra- que nos ha acompañado en los otros siete y que estará en los otros siete mil más...no solo por ese hermoso Palacio de Convenciones que nos dejó y que ha sido sede de esos grandes momentos, sino porque en cada pequeña o inmensa obra, en cada palabra, debate, señalamiento y también alegrías, está latiendo la militante de Media Luna.
Recordada junto a otros grandes de nuestra Historia por Raúl en el Informe Central de la cita iniciada ayer, que viva también Celia, pues, en estos días de Congreso.
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