sábado, 11 de enero de 2025

...el raro privilegio de ser feliz...

 


No me ha impresionado otra frase sobre Celia tanto como esta de Pedro Álvarez-Tabío: "Por eso, Celia pudo gozar del raro privilegio de haber sido feliz. Feliz por haber podido ser útil, por haber tenido la oportunidad de contribuir con su sacrificio, con su lucha, con su esfuerzo, a la emancipación definitiva de su patria y de su pueblo."

Y sí....a veces la felicidad es un privilegio raro que no se le concede a todos en la manera en que lo sueñan o lo aspiran; a veces se nos presenta en espacios insospechados, sorpresivos,  en tiempos breves y con intensidades incalculables.... A veces se viven  a trozos, o metódicamente planificados... Pero esa felicidad, esa que es completa por poder una ser de todos y a la vez de nadie en específico, por entregar cada minuto a la obra que se ama, la felicidad de pasar por un sitio y repartir cariño y consejos, la felicidad de recibir el regaño de quien nos quiere bien y luego nos pone la mano en el hombro; la felicidad del ímpetu que los años ni el buró han podido cortar; la felicidad de tener seres queridos de todos los tamaños y en todas las dimensiones que nos acompañan y no nos permiten nunca rendirnos, la felicidad  de andar por esas lomas de la Sierra a cada rato.....esa felicidad es un privilegio.....y es un privilegio raro....

Celia pudo entregarse. Decidió su camino y fue dueña de él, a la vez que era su patria la verdadera guía de sus pasos. Siempre fue una muchacha altiva, libre y traviesa, sensible, capaz...pero fue en la lucha por la Revolución donde encontró su liberación plena, su realización haciendo el bien a los demás, soñando y haciendo, creciendo y aprendiendo con Fidel, perfumando todos los caminos de nuestro país. 

Esta mañana en Calle 11, su casa, una vecina paseaba su mascota y se detuvo ante el retrato con las flores que es tradición allí en días como este, y dijo: "esa es la mejor. Esa era la que controlaba a los muchachos del barrio. Yo era una niña y nos poníamos a jugar y ella a las 6 de la tarde nos decía' arriba, a bañarse y hacer tareas', y todos le hacíamos caso. Ella era especial. Ella es la mejor."  El pueblo  tiene mucho que contar de Celia. Hay que revivirla siempre. Es necesario en estos tiempos más que nunca. 

Y es que 45 años después de multiplicarse en nosotros, Celia tiene misiones que cumplir todavía. Sigue siendo una mujer de combates....esa es la que queremos. La del detalle, la sonrisa; y la implacable ante lo mal hecho y la desidia; la de la verdad ante todo.

Ser como ella, tan difícil, pero necesario intentarlo para las mujeres revolucionarias.. es también una invitación a encontrar la felicidad en la obra colectiva, en el abrazo de todos, en la lucha donde aprendimos de ella que todo sacrificio que se haga por esta Revolución vale la pena...el tiempo lo ha demostrado.

En lo particular, comparto su sentido de la vida y lo defenderé... en cualquier circunstancia...

No dejemos de luchar nunca por lograr ese raro privilegio de ser feliz...

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