lunes, 1 de octubre de 2012

A Delio y Liborio...





¿Por qué no viven para siempre los buenos, los imprescindibles, los sabios, los felices, los impetuosos, los tremendos, los delicados, los humildes, los valientes? ¿Por qué no viven para siempre los martianos, los amorosos, los que fundan, conservan y trasmiten, los que quieren vivir, los que no se preocupan por la muerte?
Acaso sí viven......porque más allá de los porqués que nos agobian luego de noticias tristes, hay semillas, árboles y frutos que prolongan las vidas hermosas e irrepetibles-como diría Karen-.

 Hoy pienso en Liborio, dueño de la luz que en la caja oscura se volvía un clásico de la vida; y en Delio, dueño absoluto de la memoria, la campana, la UH, la escalinata, el Alma Mater, y el corazón de unas cuantas generaciones de universitarios.

1 comentario:

  1. Se les va la vida consagrados en una idea,y cuando llega la hora definitiva de la partida, sentimos que nunca se han ido, pues sus obra quedan en nuestras mentes como las raíces del caguirán en la tierra.

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