lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Por qué cantamos?


Por: César Gómez Chacón

“¡Increíble, hace rato que no lloraba tanto ni tan seguido!”, me decía por estos días uno de esos buenos amigos que irradian alegría por los cuatro costados, uno de esos cubanos cien por ciento, que aún en los momentos mas difíciles (que a veces vienen demasiado seguidos) siempre le saca lasca a lo adverso y te pone a reír de tu propia (o de su propia) desgracia. Con los ojos también nublados, sólo atiné a darle un abrazo, mientras en el escenario Silvio y los cinco entonaban El Necio y por la pantalla Adriana igual se secaba las lágrimas.
“Estamos viviendo horas tremendas”, me escribió por correo otro amigo: intelectual, jodedor y dirigente cubano, que es una mezcla poderosísima en estos tiempos. Mientras Daily, una ex-alumna que es hoy mucho mejor periodista que su profesor, no cesa de colgar fotos de los Cinco y toda su (nuestra) alegría en la red, y en su blog que lleva por nombre “Patria y amor”, otra mezcla imprescindible.
Y sí que estamos alegres los cubanos en este fin de 2014. Y uno piensa que la alegría es algo que no debiera explicarse. Sin embargo, tal pareciese, a juzgar por todo lo que se publica más por “ahí”, que por “aquí”, que en Cuba estamos la inmensa mayoría celebrando, llorando y cantando desde el 17 de diciembre, porque se ha anunciado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
La verdad, la más pura verdad, y no me van a dejar mentir los más de once millones de compatriotas, es que si restituir las relaciones con el Gobierno norteamericano es una excelente noticia, pero el regreso de los tres hermanos que completaba el fin de la agonía de los CINCO, y de todo un pueblo que no los concebía en prisión ni por un mes y mucho menos por 16 demasiados largos años, es la verdadera noticia y el gran gozo que hemos estado y seguiremos festejando.
Y trato de explicármelo de manera muy simple: después de medio siglo de hostilidad, y porque uno no pide limosnas a quien te tiene agarrado por el cuello, pocos en Cuba pensábamos, y mucho menos con añoranza, acerca del acercamiento diplomático con los Estados Unidos. Lo único que exigíamos (y no implorábamos) a nuestros vecinos del Norte era respeto a nuestra soberanía y autodeterminación; y el cese de amenazas y agresiones de todo tipo, que se prolongaron por más de cinco décadas.
A diferencia, el regreso de los Cinco héroes, desde que se supo de sus absurdas condenas, era esperanza, añoranza, y exigencia de justicia diaria, porque cada minuto que permanecían presos era un insulto al sentido común. Y aquel “!Volverán!”de Fidel resonaba en nuestros oídos como profecía y convicción a la vez.
Así que aquella mañana más larga del mundo, la del 17 de diciembre de 2014, millones de cubanos y seres buenos de todo el planeta sólo esperábamos el anuncio, al menos, del posible regreso de nuestros héroes. Por eso saltamos de alegría, nos abrazamos y lloramos de emoción con la noticia de que ya estaban en nuestro suelo, porque era la confirmación, una vez más, de que las ideas (aún desde el fondo de una celda), la firmeza y el amor de todo un pueblo volvían a triunfar sobre la soberbia y la injusticia.
Lo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con EEUU, informado por Raúl seguidamente, y confirmado por un Obama que nos sorprendió gratamente a los cubanos de este lado, fue apenas la reafirmación de algo que debía suceder de cualquier manera, más tarde o más temprano, porque caería por su propio peso, también el de la justicia sobre el oprobio.
Celebraríamos hoy, más que todo, lo que pudiera ser el inicio de una nueva etapa de distensión, de cordura y de tranquilidad a ambos lados del Estrecho de la Florida, porque el principal problema, la garra que nos aprieta el cuello, sigue ahí, y por eso bienvenidas también todas las medidas que el ejecutivo norteamericano pueda implementar para suavizar el bloqueo, hasta que el Congreso desenrede el absurdo entramado que entretejió durante años. Sería el mismo carril por el que deberá transitar la Ley de Ajuste Cubano, que tantos amigos, conocidos y compatriotas nos arrebató durante estos años.
Habrá que esperar, habrá incluso nuevamente que esperanzarse. Confiar una vez más en nuestro gobierno y en esos excelentes diplomáticos, anónimos en su mayoría, mujeres y hombres, algunos muy jóvenes, y otros con la experiencia vívida de Roa, Alarcón y muchos más… que durante años han trabajado en pos de lo que hoy festejamos, y seguirán haciéndolo ahora con renovado entusiasmo.
Tal vez si de explicar la alegría o las lagrimas se trate, y aunque no haga falta, se me antoja por estos días repetir otra de esas melodías que, a partir de unos versos de Mario Benedetti, de su cuaderno "Canciones del desexilio", de 1983, hizo famosa Juan Carlos Baglietto y luego en Cuba nos las cantó mil veces emocionada esa gorda querida que responde el nombre de Sara González. Ella y ellos, el tiempo y la historia, nos dan las respuestas.



Aquí les va “Por qué cantamos” hoy también:
Si cada hora vino con su muerte,
si el tiempo era una cueva de ladrones,
los aires ya no son tan buenos aires,
la vida nada más que un blanco móvil
y usted preguntará por qué cantamos...
Si los nuestros quedaron sin abrazo,
la patria casi muerta de tristeza,
y el corazón del hombre se hizo añicos
antes de que estallara la vergüenza
Usted preguntará por qué cantamos...
Cantamos porque el río está sonando,
y cuando el río suena suena el río.
Cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino.
Cantamos porque el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo.
Cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos.
Si fuimos lejos como un horizonte,
si aquí quedaron árboles y cielo,
si cada noche siempre era una ausencia
y cada despertar un desencuentro
Usted preguntará por qué cantamos...
Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la Vida
y porque no podemos, ni queremos
dejar que la canción se haga cenizas.
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto, ni la bronca.
Cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.
Cantamos porque el Sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo, en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta...

Cuba vive y libre....



La historia de mi país, la que vio morir a miles de cubanos por ser libres, por ser soberanos, por que ondeara solo una bandera, la de los hijos perdidos y las madres dolientes; las de las novias a la espera, o disparando lo mismo en lomas con mariposas en el pelo que en la oscuridad de una calle portando proclamas… El sentido era puro, justo, y feliz: defender la patria del Maestro y borrarle las porquerías que nos ataban a quienes siempre nos despreciaron y nos subestimaron…. Quizás por eso, por subestimarnos, no pensaron nunca que aquella “partí´a de jóvenes locos” triunfaría ante un ejército mucho más preparado; quizás por eso creyeron que con los años, un poco de dinero y un carguito en el senado se calmarían los ánimos del abogado de palabra ardiente que asaltó el corazón de Cuba juntos a sus compañeros un 26 de julio… Siempre por esa manía de verlo todo por encima del hombro, o desde su pedestal, o por no saber mirar más allá de sus narices no entendieron nunca la diferencia entre Héctor y Aquiles, el guerrero que defendía a su patria y el que peleaba solo por la gloria de pelear; no han entendido nunca nada de lo que dijo el Che, de que el revolucionario verdadero siempre está guiado por sentimiento de amor…. No han entendido nada….quizás por eso no entiendan que seguimos aquí, a pesar de los cercos infructuosos, de pesar de los vientos que intentan –por gusto- apagar la llama… Quizás por eso no entienden que Cuba está en sí misma siendo feliz,  polemizando, creciendo desde dentro con la soltura y autoridad que le corresponde….quizás por eso no entienden que a pesar de cualquier intento, vamos a seguir siendo libres y que el arsenal está siempre listo para que el pueblo de Fidel defienda la patria de Martí, que es la misma de todos los que saben amar y fundar.

domingo, 28 de diciembre de 2014

De resumen, nada…




Hace un año me las di de “resumiona”,  pero nada: se acabaron los tonos sepia… Ahora me las doy de arquitecta, de constructora, de albañil, de remendona…. Será el 2015 eso mismo: construir, soñar más, enmendar roturas, coser con hilos de muchos colores… En el 2015 Felipe, el niño de mi vida, aprenderá a leer y a escribir y seguirá regalándome cuanta florecilla encuentre en el camino, como el caballero de más hidalguía que me acompaña…
Con los 5 sentados frente a sus televisores en casa, ganaremos nuevas medallas en el deporte; y se las seguiremos dedicando a Fidel y a Raúl, con una Revolución fuerte que empieza a vivir sus primeros 57 añitos…
El camino viene con nuevas utopías de las que te encaprichan en acercar el horizonte; están los sueños que tengo pendientes, los que nacieron rápidamente antes de cerrar el 2014 como para entrar el “plan” del próximo año y no ser más un tema suelto en agendas anuales…
Ni adivina ni creyente… lo sé por mí… y así estaremos juntos en un año de mucho trabajo y de felicidad para ti, para mí y para Cuba…

jueves, 18 de diciembre de 2014

¡VIVA FIDEL, C… !

(esto es de mi eterno tutor, de mi mi socio, del tío abuelo de felipe.........y lo comparto con amor.....)

Por: César Gómez Chacón
Y la C con mayúscula, con signos de admiración y con todos sus puntos suspensivos, que significan exactamente eso que los cubanos sabemos y sentimos un día histórico como hoy.
Estuve en el Cotorro aquella mañana del 23 de junio de 2001 cuando Fidel afirmó: ¡VOLVERAN! Acostumbrado toda la vida a que el Comandante de Cuba nunca nos ha mentido, confié y asumí la profecía de sus palabras. Apenas sabía entonces con suficiente claridad el sombrío entramado de aquellas cinco condenas.
Pero poco a poco los cubanos fuimos conociendo las interioridades del juicio contra nuestros hermanos, lo absurdo de sus sanciones y el callejón sin salida de los distintos procesos de apelaciones. Tras el entusiasmo de prestigiosos abogados cubanos y norteamericanos, tras las lúcidas explicaciones de Alarcón, que siempre dejaban entrever una luz al final del túnel, uno advertía que el camino de la liberación y el regreso, al menos para Gerardo y Ramón parecían demasiado lejanos en el tiempo y las probabilidades, a menos que…
Comprendimos -y así lo interpreté entonces- que la afirmación con tanta seguridad por parte de Fidel, era más una convicción política suya, que una posibilidad real. Confieso también que, como bombillo encendido en el alma, se me repetía una y otra vez aquella otra frase del Gigante: ¡La historia me absolverá! ¡La historia me absolverá! ¡La historia me absolverá!...
Para aquellos que como yo nacimos con la Revolución, la agresividad de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos ha sido el pan nuestro de cada día. Un colega de trabajo solía repetir que dos generaciones de cubanos habíamos nacido bloqueados, y así vivíamos, luchábamos y amábamos, sin complejos ni traumas, en esta isla indoblegable.
Ver y escuchar a Obama y a otros actuales dirigentes norteamericanos reconocer el fracaso de la política de su país contra Cuba, por más de cincuenta años, es apenas un mínimo de compensación ante las miles y millones de víctimas de esa política. Pero honor a quien honor merece, y valga el respeto que nos pide Raúl para ellos. Lo ganaron ya con su valiente e histórica decisión, aún no exenta de riesgos de todo tipo.
La noticia de hoy es mucho más que fiesta. Es sobre todo reafirmación. Martí nos enseño que “Una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército”. Nuestros héroes desde el fondo de sus cárceles triunfaron sobre la injusticia.
Y Fidel… ¡Coño, Comandante! Esta es tu nueva victoria. Gracias por estar ahí, disfrutándola, demostrándonos una vez más, con nuestro Martí, que toda la gloria del mundo puede caber tantas veces en un simple grano de maíz.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

No es amor de uno solo.....



Karlienys llorando, pensando en el abuelo bravo que hubiera sentido como nadie este día…El abrazo con Niurka, pensando en el jefe del Estado Mayor de los Villafranca…..Rafa y yo en el Máster, siguiendo cada inflexión, cada gesto de Raúl y la certeza de que ganamos….Mirando también la foto que conserva con Ñico, su amigo…Hablando de lo prometido por Fidel……Y Fidel como siempre: cumpliendo……
Ya están en Cuba……Todos aplaudimos cuando acabó Raúl de leer la nota…
La maravilla de vivir y de que el canto sea para siempre… La certeza de que falta por hacer, pero también de que el amor engendra la maravilla…..