"27 de marzo de 2005
No encuentro palabras para iniciar esta carta de despedida. No soy muy bueno despidiéndome, siento que me bloqueo. Más aún cuando me viene a la mente tu rostro bañado en lágrimas (...)A veces en poco tiempo uno logra conocer más a algunas personas que a otras que ves y frecuentas por años. Creo que eso me ocurrió contigo. Hoy dejo esta Isla con la certeza de haber descubierto y conocido a una mujer pura, delicada, pero con la furia revolucionaria más abrasadora que jamás he visto.(...)en cada recuerdo de Cuba, en cada canción, en cada foto, en cada proeza, en cada discurso, en cada poema de esta patria estará tu nombre presente.
(...)Gracias por enseñarme ese lado hermoso de esta Revolución que ahora es de ambos, gracias por revolucionarme a mí mismo, gracias por hacerme crecer tanto."
Lo que Carlos no escribió-pero estoy convencida de que en el fondo lo supo-, fue que en realidad quienes lo hicieron crecer a él en ese 2005, y a todos los demás que compartimos la hermosura de la amistad Cuba-Venezuela, fueron Chávez y Fidel......Crecimos todos, nos hermanamos todos, nos amamos todos y trazamos miles de puentes invisibles que sostienen lo real y maravilloso de un continente que sigue creciendo en las letras de sus mejores hijos, en sus corazones y en sus combates cotidianos y sempiternos.
El nombre de Carlos Duque sigue presente en todos..estamos juntos, la Revolución sigue siendo de ambos, y su nombre también está en cada verso que sigue escribiendo el pueblo venezolano y latinoamericano.
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