jueves, 6 de agosto de 2015

Tango con Mial

"Si tuviera 20 años menos no te me escapabas".-dijo ante el asombro del camarógrafo y de la recién graduada que tenía el privilegio de ser recibida en su casa como una conocida de tiempo.  Hubo que soltar carcajadas, sonrojarse y luego decir: "Hablando en serio: hablemos del Che".... Y luego volvió a la carga: "Muchacha, yo bailo con bailarinas altísimas, como de Tropicana. A mí me gusta bailar. En mis tiempos....".
Ese fue el prólogo -lastimosamente con cámara apagada- de una de las entrevistas más lindas que hice. 
Era la viva estampa del Granado que vi en la película Diarios de Motocicleta, y allí fue donde pude evaluar la exactitud con la que el joven actor interpretó su personaje del amigo del Che. 
 
En la salita de su casa nos dio una mañana preciosa aquel día, en la que quisimos conocer de su amidtad con el Fúser, de su relación con el deporte y algún que otro secreto de la película que tanto nos gustaba. Así supimos que el Che no cruzó el río de noche, sino cayendo la tarde, que ellos lo acompañaron en un bote cerca por si le sucedía algo, y que el director de la película lo definió así porque al Che no le gustaba bañarse de noche en la playa o el río; y vencer sus miedos, el asma, y todos los prejuicios, se volvieron un símbolo en aquella escena.

Mial -que es como le decía el Che a Alberto- también nos cantó dos tangos...."Volver con la frente marchita..." y "Adiós muchachos, compañeros de mi vida..." Y nos aseguraba que siempre estaban buscando un motivo para el vino y el tango. Tantos recuerdos se revolvieron de golpe, la conversación luego -también sin cámara por llevar solo un kct- en el portal de su casa son imágenes lindas que siempre se guardan. 




Y ahora un amigo del alma, Wilmer, me dice que hoy le harán un homenaje porque el día 8 cumplirá -porque siempre cumplirá- 93 años Alberto Granado, el dueño de La Poderosa...









El abrazo para el que volvió cuando amainó el ruido de la pólvora, pero echó sus días por Cuba, trabajando aquí, y también apoyando el desarrollo de la ciencia en el continente.
El abrazo para Mial, y la certeza de que algún día, sin ser como la bailarina de Tropicana, a lo mejor rompo el miedo y bailamos un tango juntos...por él y por Fúser...




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