Cuentan mis padres que en su tiempo, cuando las parejas se casaban, algunas iban a retratarse a este mismo sitio y a veces dejaban hasta el ramo de flores allí. Era como un homenaje de jóvenes amantes a otro joven que amó.
¿Qué misterio el de los hombres de aurora que generan una y otra vez la necesidad de tenerlos cerca?
Sea como sea, o como haya sido, este regalo es por su cumpleaños...y aquí sellamos Felipe y yo la unión de vidas suya y mía, ahora que él crece y comenzamos a compartir con más fuerza el amor por nuestra Historia.
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