Entre el trabajo y la casa y la vida diaria, tenía
desatendido este espacio donde refugio muchas añoranzas y recuerdos…así, para
que estén a salvo de las tormentas que no admiten ternuras intactas…..Casi
termina el 2012 y de él me llevo la sonrisa de mi hijo y sus ojos llamándome no
más amanece; un libro que en 2013 navegará el Caribe; un poeta rescatado a periodista;
un tutor etéreo pero presente; una familia paciente, rebelde y comprensiva;
vuelos y vuelcos pendientes; sentimientos que se zafan; una patria que se
empeña en crecer siempre….
Tengo tanto para ser feliz que nada, absolutamente nada,
puede nublarme los ojos…
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