A Santiago vuelvo siempre, porque sí...porque es allí el sitio en el que permanecer o pasar siempre señala caminos. Es el lugar en el que entras al patio de un cuartel, en el que hace 65 años tendieron los cuerpos de 15 jóvenes torturados, y hoy sientes risas de niños, juguetes en el suelo, y maestras conmovidas. Es el sitio en el que una se pone a pensar en Raúl Gómez García, y de pronto ve un destacamento que lleva su nombre, te paras en la puerta y los pioneros se ponen de pie y lo repiten a coro fuerte, y luego un lema, y el compromiso, y las risas, o las caras de quien no entiende a esta persona que del otro lado no pudo evitar llorar. Es el lugar en el que no atinas siquiera a tirar una foto, porque ni el tiempo ni la carga de emociones te lo permite. Solo alcanzas a ver y sentir.... si acaso llamar a un amigo y decirle: "estoy en la Posta 3", con la certeza de que él sabe de lo que estás hablando.... Es muy fuerte entrar al Moncada. Es muy fuerte pensar en aquellos días de tristezas, abusos y asesinatos...y sentir hoy tanta vida allí dentro...Ni una sola de estas palabras puede reflejar en realidad la fuerza de lo que se siente. A Santiago volveré una y otra vez. Hasta que me quede.....
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