"No sabemos bien dónde ocurre esta historia. El tema es que, sin saberlo, Daniel e Ismael viven en la misma ciudad. Y no solo eso: ambos nacieron el mismo día y ese año al celebrar su cumpleaños para mayor casualidad recibieron casi los mismo regalos."
Así inicia "Iguales a 1", un libro para niños del chileno Juan Pablo Iglesias cuya temática es la vida de un niño judío y un niño árabe, cómo se conoce y a partir de un intercambio accidental de talit y hata, conocen de las diferencias y el odio entre sus familias. Ellos no comprenden. Solo saben que jugaron fútbol juntos en el mismo parque y son felices, y al día siguiente, por encima de lo que pudieran decir en casa, volvieron a jugar juntos y lo más importante no era ganar sino justamente eso: su amistad. Por eso siempre sus juegos terminaban empatados, iguales a 1.
Este es un libro hermoso para niños y padres. Es breve pero intenso, actual, rotundo, que nos lleva al centro de un conflicto desde la perspectiva de los que menos entienden y más sufren la guerra: los niños.
El genocidio de Israel contra Palestina, esa tragedia contemplada vergonzosamente en calma que vive hoy esa parte de nuestro mundo -y que de tan extendida en el tiempo a muchos se les ha vuelto solo una cifra o algo habitual, ajeno, e indignantemente distante- me hace pensar en los más de 16 mil niños asesinados en Gaza que nunca tendrán la oportunidad de conocerse como Daniel e Ismael y jugar fútbol felices en un parque, en la misma ciudad, aunque uno lleve talit y el otro una hata.
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