miércoles, 3 de septiembre de 2014

A sus órdenes, Felipe...





 No sé en qué momento se me fue de las manos….Ya es un hombrecito de uniforme y yo todavía le canto para dormir la misma canción de cuando tenía meses… Felipe Ramón es mi más exacto relojito que cuando me creo de “15” me dice: “mamá, bájate esa blusa” pa que no enseñe la barriga, o me manda a poner un short más largo… o me sugiere unos zapatos como los suyos, porque las sandalias no le gustan…Y ahí viene la fajazón amorosa entre la madre que no puede dejarse dominar y el pequeño que cuida lo “suyo” con demasiado celo para su edad… Pero cuando más lo disfruto es en las noches, que me pide la canción y luego me dice: “tú eres el amor de mi vida” y empieza el galanteo de “tú también, mi niño” y el “yo te quiero mucho”….. Y cuando amanece, la batalla es campal, porque el amor de su vida tiene que ponerle carácter para que se levante de la cama, y ahí empiezan las órdenes desde temprano: “apaga la luz, mamita, enciende Multivisión”… Y ahí empiezo yo a enseñarle que los niños tienen que ayudar a su mamá, que mamá tiene una “llalla” en el pie y que la tiene que cuidar…Y ahí busca un trapito –el primero que se encuentre-  y me dice: “Siéntate, que yo te estoy cuidando” y me tapa la herida del pie y me dice que eso no es nada. A los 5 segundos considera curada la llalla de mamá, y vuelve a la carga… Es un jefe en proyecto, caprichoso y obstinado que no está tranquilo hasta que se arregla el carrito que ya no rueda por la terraza, o hasta que consigue medio pan antes de comer…
Pero es lindo verle crecer, formarse, y hacer fuerzas yo pa que no se me deforme y logre ser mejor que todas sus generaciones antecesoras…
Con 4 años y medio, qué digo yo mi reloj: Felipe es mi “cuadro” favorito…o como le digo siempre, pa que me entienda mejor: el niño de mi vida. 

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