lunes, 14 de enero de 2013

El Hombre del Tocororo

Este año es de Martí y del Moncada...Y aunque todos los años son de Martí y del Moncada en Cuba, este aniversario tiene especial connotación......Por eso este blog, a partir de hoy, rinde tributo a la Generación del Cenetenario y a su guía......


El Hombre del Tocororo….

Está sentado, leyendo….solos en un banco él y el Tocororo sobre su cabeza…El traje es negrísimo, intacto en el tiempo, pero deja ver en su lado izquierdo –en el pecho- una mariposa de las más blancas.
Ahí está, sentadito en ese banco con su cabeza sobre las letras que piensa, escribe y ama….así se le ve, soñando los futuros que luego otros seguramente vendrán a concretar.
Pareciera que esa ha sido su misión en los últimos 160 años: conformar, organizar, unir y pensar una Patria. Pareciera que no tuvo otra tarea más amorosa en su vida que ser autor intelectual de los impulsos de muchos corazones.
Le veo solitario, pero acaso es mera impresión porque allí no solo lo visita el Tocororo que acompaña sus lecturas… En esa figura menuda, de frente ancha y bigote que cubre la sonrisa, coexisten muchos tiempos y dimensiones, llenos de gente de todo tipo: los altos, los flacos, los gordos, los pequeños, los rebeldes, pasivos, los amorosos, los que fundan; y tiene el buen remedio para los que odian, deshacen y lloran… Es como si en él todo el mundo existiera, y todo el mundo contara.
Le veo solitario, pero acaso vuelvo a equivocarme porque siempre tiene niños andinos, mesoamericanos, de islas del Caribe, de la Amazonía, de la Patagonia, de los llanos, y pueden acercarse a él hasta los de las más remotas latitudes a jugar con el Tocororo, o a oler el perfume de la mariposa, o a sentarse a su lado y aprender los misterios de la vida, las bellezas del arte…y les platica siempre en poesía, y les reprende en prosa cuando no han sido amorosos y les enseña la virtud.
Sin la poesía no puede vivir. Por eso, hasta cuando la prosa, es poeta.
El fondo parece azul…Así lo veo. Parece inmerso en un gran azul: bonito, de cielo y de mar, profundo, enigmático, rebelde cuando lo injusto bate….pero hoy está tranquilo… con la tranquilidad de quien ya vivió y vio muchas cosas, y alerta siempre con el consejo preciso a flor de labios, o a punta de pluma…porque escribe a pluma, con unas letras grandes y estilizadas, aunque a veces parezcan incomprensibles.
Es un Hombre de muchas épocas, que puede escribir desde ayer para mañana, y leerlo también nosotros hoy.
Parece frágil, que si viene un viento fuerte lo espanta a él al Tocororo, pero le he visto permanecer salvo en su banco, observando, leyendo y dictando caminos. La fuerza la lleva no sé dónde: si en el libro, si en la mariposa, si es el Tocororo su talismán….o acaso la lleva dentro…Pero es fuerte, sí…claro que lo es…..Allí, ahora mismo, está levantando su mirada…..espero no importunarlo, pero quisiera hablarle, o decirle todas las incógnitas que suscita su presencia ahí, en el banco incólume.
Creo que se sonríe, o ahora mismo no sé si lo soñé… pero sí, está sonriendo.
Y me ha mirado…pero me ha mirado con ojos de mundo, como quien mira a mucha gente a la vez y la quiere con bonanza. Es una mirada difícil de olvidar.
Hoy sí voy a perder la timidez y me sentaré a su lado, a ver si logro que me lleve de viaje con las alas del Tocororo, que quizás sean las de su memoria, y pueda conocer a mucha gente que no pude, a ver si desandando esas esencias puedo crecer más y mejor y perpetuar esa energía que transmite a todos los que se le acercan.
No le voy a preguntar su nombre. Para mí, es el Hombre del Tocororo.Y tengo la certeza de que con él iré siempre por buen camino.

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