sábado, 26 de septiembre de 2020

60 años de Fidel en la ONU: la misma línea

 

"Aunque nos han dado fama de que hablamos extensamente, no deben preocuparse.  Vamos a hacer lo posible por ser breves y exponer lo que entendemos nuestro deber exponer aquí.  Vamos a hablar también despacio, para colaborar con los intérpretes."


Así, sobre las 3 de la tarde, comenzó el discurso más largo de Naciones Unidas, pronunciado por Fidel el 26 de septiembre de 1960. Lo cierto es que cuatro horas y 20 minutos después, había denunciado los vejámenes que sufrió durante su estancia en ese país la delegación antillana, convenció a los que tenían dudas del camino soberano de Cuba y criticó -como nunca antes en esa instancia-, la colonización imperialista.

"Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón:  el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas.  ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra!  (APLAUSOS.)  ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!"

La voz del entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario Cubano, reiteraba el respaldo de nuestro país a todas las causas justas:

"Estamos, en fin, con todas las nobles aspiraciones de todos los pueblos.  Esa es nuestra posición.  Con todo lo justo estamos y estaremos siempre:  contra el coloniaje, contra la explotación, contra los monopolios, contra el militarismo, contra la carrera armamentista, contra el juego a la guerra.  Contra eso estaremos siempre.  Esa será nuestra posición."

Casi al cierre de su discurso, y retomando el texto de la Primera Declaración de La Habana, el Comandante en Jefe de la Revolución expresó la verdad soberanísima del país que crecía -y crece- a 90 millas del imperialismo:

"En consecuencia, la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, proclama ante América" —y lo proclama aquí ante el mundo:

"El derecho de los campesinos a la tierra; el derecho del obrero al fruto de su trabajo; el derecho de los niños a la educación; el derecho de los enfermos a la asistencia médica y hospitalaria; el derecho de los jóvenes al trabajo; el derecho de los estudiantes a la enseñanza libre, experimental y científica; el derecho de los negros y los indios a la 'dignidad plena del hombre'; el derecho de la mujer a la igualdad civil, social y política; el derecho del anciano a una vejez segura; el derecho de los intelectuales, artistas y científicos a luchar, con sus obras, por un mundo mejor; el derecho de los Estados a la nacionalización de los monopolios imperialistas, rescatando así las riquezas y recursos nacionales; el derecho de los países al comercio libre con todos los pueblos del mundo; el derecho de las naciones a su plena soberanía, el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y armar a sus obreros" —porque en esto nosotros tenemos que ser armamentistas, en armar a nuestro pueblo para defendernos de los ataques imperialistas—, "campesinos, estudiantes, intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por sí mismos, sus derechos y sus destinos."


Así cerraba Fidel, sobre las 8 de la noche, su primera intervención ante la Asamblea General de la ONU, con la ovación de respeto a la osadía del joven de verde olivo, que llevaba en el corazón la decisión de un país:

"Algunos querían conocer cuál era la línea del Gobierno Revolucionario de Cuba.  Pues bien, ¡esta es nuestra línea!"

Sesenta años después, el mundo sigue padeciendo problemas denunciados por Fidel allí.......y nuestra línea también sigue siendo la misma.

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