martes, 30 de septiembre de 2014

Serie 54: Representatividad ¿defendida?



Ya arrancó la Serie Nacional 54, y así como algunos saborean los buenos pasos iniciales de sus conjuntos, otros apenas acarician la victoria. Así, los Azules van invictos hasta hoy y los campeones nacionales han evitado –deslucidamente- barridas a última hora.
Pero entre opiniones que genera irremediablemente el béisbol en un campeonato que apenas comienza, hay temas que van tomando fuerza. Uno de ellos: la pertinencia de la representatividad -defendida por cada territorio-.
Y es que cada vez más los equipos tienen peloteros de otras provincias. Ya no se trata solamente de “descartes”, o de aquellos que no encontraron espacio en las alineaciones regulares de sus selecciones. Esta vez, son peloteros de mayor peso los que “se mudan” de equipo. De conjuntos débiles a fuertes, o al menos con proyecciones concretas. Todo por estar más cerca del título, de lucir su calidad con equipos ganadores, o de acariciar la posibilidad de un equipo Cuba. Es lógico, comprensible…..Lo hubiera sido también para peloteros como Luis Ulacia, Michel Enríquez, Ismel Jiménez, Alexander Ramos, que nunca fueron o han sido campeones nacionales pero jugaron y juegan con amor a su equipo.
Vale aclarar que este tema de las “mudanzas” de peloteros –antes mucho más complicadas que hoy-  apareció hace años ya, por razones obvias del surgimiento de una gran cantidad de atletas que no “cabían” en sus provincias y partieron en busca de medirse con certeza en la Serie Nacional, cambios de estructuras, divisiones político-administrativas… Así se mudaron muchos para otros territorios menos favorecidos y allí encontraron algunos su puesto, aunque siempre que pudieron volver a su terruño para coronarse, lo hicieron. Sin embargo, el fenómeno de hoy es diferente: se trata de lucir, de espectáculo, de aspiraciones personales que rebasan fronteras provinciales.
Algunos ejemplos que ilustran el fenómeno: Dainer Moreira se mudó de Guantánamo y juega en Matanzas; los Gourriel que por cuestiones personales pasaron a Industriales dejando un hueco a su equipo y provocando la salida de peloteros capitalinos que ya ni cuentan con Metropolitanos para poder jugar en Series Nacionales. Entenza también se pintó de azul, y así Jonder Martínez, que ha sido campeón nacional dos veces: una contra Villa Clara y otra con Villa Clara-de refuerzo- hoy se emociona desde el montículo matancero en un cambio de chamarreta que solo me hace pensar en que los límites provinciales se están perdiendo en nuestro clásico nacional y cada vez más tiene rasgos de clubes donde se busca talentos de otras selecciones y donde lo más importante es ganar, aunque en ello cada vez el desbalance del torneo sea mayor.
Esto acerca cada vez más la probabilidad de una nueva estructura que desde hace años algunos solicitan: una reducción de equipos en la Serie para que haya más calidad. Sería entonces la Sub 23 recién estrenada el campeonato representativo, y esta otra liga de mayores para ver a los mejores peloteros. Esa puede ser una opción.
Lo cierto es que yo crecí disfrutando a las provincias con equipos que se consolidaban, y casi llegaban, o al menos se superaban. Soplan otros vientos, cambios, contrataciones… Tal como están las cosas, es pedirle peras al olmo….un fatalismo perenne y ahora reforzado mantiene a equipos que no podrán medirse nunca de tú a tú con otros grandes -históricos o emergentes- que atraen a sus mejores figuras. Por otra parte, los interesados en reforzarse de por vida impiden el desarrollo de un pelotero joven local que no tiene otra opción de jugar béisbol, pues lo que pudo ser su lugar ya está ocupado.
Pero bueno, me dirán: todos somos cubanos…y es verdad…Y lo más importante es que el béisbol en Cuba crezca y tenga los bríos de antes…Pero si eso es lo que se quiere, ojalá se tomen a tiempo decisiones que no conviertan más a nuestro espectáculo en un desbalanceado campeonato donde los fuertes tienen la posibilidad de hacerse cada vez más fuertes y los débiles dejan un suspiro juvenil en los diamantes por no poderles llegar.

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