lunes, 12 de agosto de 2013

Vita...¿Nouva?

Pudiéramos pensar en cambiar el nombre de ciertos establecimientos, para estar a tono con tiempos de cambio... Porque en realidad, parece un insulto leer un "Feliz estancia" en la puerta del sitio donde llevas una hora esperando que te hagan pasar-bajo una lona ardiente a la una de la tarde- ; un "Vuelva pronto" en aquella cafetería donde no se sabe si se lo dicen a usted o a la mosca que  luego de husmear el pan con hamburguesa se te pega al hombro y te hace dudar de la calidad de tu desodorante -Sport, por cierto-; o aquel letrero antiguo ya en La Habana que te augura una "Vita Nuova" comiendo pizzas, y resulta que ni la vita es nuova ni tampoco encuentras vitanova en los espaguettis.
Un domingo cualquiera no, este domingo 11 de agosto, precisamente en la pizzería que sirve de retaguardia a Coppelia, estuvimos esperando desde las 12 del día hasta la una de la tarde, en la puerta, bajo el solecito cariñoso del verano...Allí estábamos varios empecinados en comer pizzas luego de una función en el teatro Guiñol.  La cola crecía, y con ella el hambre, el calor, la indisciplina de los niños, el mal humor de las personas....pero, "tranquilos, en 10 minutos abrimos". Siempre hubo una gordita echá palante que fue a averiguar varias veces....de cuatro que fue, si sumamos los 10 minutos que le recomendaron aguardar, dan 40 minutos de espera...sí.....no mintieron....casi la hora....
Lo que sucedió fue que una imprevista inspección de Salud Pública retrasó la hora de atender a los clientes. Aguerridos los que trabajan el domingo y además les obligaron a hacer una limpieza -¿¿¿por qué habrá sido????- que llevó incluido el cloro nuestro de cada día. Y nada........sic transit gloria mundi, diría el viejo latín...Claro, al entrar al recinto, con buen aire acondicioando, el perfume del cloro sacó de lo más profundo de nuestros pulmones alguna que otra molestia, incluido el asma de mi hijo....Sin contar los espaguettis "a la leche"  -por mi madre que aquello no era puré de tomate ni vita nova-, el agua que ya no sirven porque "no está tratada" y tienes entonces la opción de emborracharte con cerveza o comprar refresco, o atrangantarte.....como si el agua entrase en las gratuidades que urgía suspender.
Para colmos, llegó Felipe, medio agitado ya, con su petición oportuni: "Mamá: PIPI". Rápidamente, corre-corre para el baño. Choque contra una puerta carmelita de baño unisex.....Ummmm."Contra, no se abre". "Compañera, el baño está clausurado". ¿Y entonces? Ja.....y luego hay que enseñar bien a los niños, pero no hubo más opción que regar un árbol en las afueras de la pizzería.
Sí, siempre hay algo que vale tantas penas: las pizzas tenían bastante queso -un poco flacas, pero con queso- y unas lazañas de la época moderna, pero "comibles" igualmente. Un aliciente para  justificar 76 pesos....
Horarios que se violan, inspecciones a deshora, cero baño, cero agua -ah!!! es posible que como no sirven agua, no sea necesario el baño!!!!!- y el pobre Jefe de Almecén, Eliecer, para dar el rostro a las quejas de una humilde servidora, escoltada por una gordita echá palante, y dos niños, uno de los cuales salió con el pecho apretado -no por tener que irse, sino por el olor a cloro-.
Así que, si vamos a cambiar todo lo que debe ser cambiado, deberíamos empezar entonces de "adentro pa´fuera"...para que los nombres de los lugares y los intentos de bienvenidas y slogans no sean una bofetada a la cara de los clientes trabajadores que, con mucha dignidad y derechos, quieren pasar un rato de domingo en familia... y en CUP.

jueves, 8 de agosto de 2013

Lo que pasa… y lo que queda.


“Toda tu vida corre el peligro de vivir lo que quieres creer”
Santiago Feliú

En determinados tiempos, a cada ciclo, a las personas les da por sentarse a hacer recuentos -como si cumplir 30 ó 40 años, romper un matrimonio o llevar a un hijo por primera vez a la escuela fueran puntos de giro que merecen recapitulaciones- .Quizás valga la pena… o la gloria.
El ser humano tiene la virtud de recordar, incluso hasta de enriquecer las memorias, los presentes y soñar  con siglos venideros, hacer pronósticos o simples planes de trabajo…pero siempre empeñado en saber qué hacer y cómo sacar partido a una estación que le otorgaron y que tiene fecha de caducidad, hasta que alguien confirme si se prolonga en un “masallá”…
La preocupación por trascender se vuelve a veces obsesiva, o simplemente se regala para poder vivir llana y simplemente.
Y así se llega a la conclusión de que se ha perdido mucho tiempo, o que te has pasado la vida coleccionando piezas por gusto, cuando tenías cerca una que valía por todas… O se puede creer también que lo hecho ha sido poco, que falta mucho por escribir, por beber, por leer, por hablar, por caminar, o por correr… O se puede descubrir que viviste toda tu vida bajo un personaje feliz montado para una obra rosadita; o trágicamente confundido como el pobre Segismundo.
Claro, siempre existen los astutos y suspicaces que se las saben todas, y que ante un derrumbe existencial son capaces de zumbar a un oído atormentado algo del viejo -renegado por algunos- José Ángel Buesa «No es nada... ha sido el viento»…
¿El viento? ¡Qué rayos!
Así padecemos la crónica que nunca escribimos; lloramos la lágrimas que  nos tragamos en planes de ser infranqueables  ironwomen; recordamos el parlamento que nos hizo héroes o tiranos en una reunión; la cerveza que rechazamos; la inversión que no hicimos; la paciencia que nos faltó; y hasta las ganas de coger aquel palo y fragmentarlo en una testa muy ruda. Y de ahí se sacan conclusiones, como si la vida fuera a parecerse a la de ayer, como si pudieras planificarla o saber qué te vas a encontrar a la vuelta de la esquina o cómo tratar al desconocido que te cae del cielo, como si todo ello fuera  una repetida política editorial que no cumple lo que promete. 
Obvio: he recapitulado.
Y entonces me viene a la mente por qué nos enamoramos de la permanencia en el tiempo; por qué hay que hacerlo todo bien para luego te pongan en la corona con flores de mustia procedencia: “fue tremenda chamaca”. Todo eso a costa incluso de no vivir…Vivir, que conste, implica también responsabilidades… Porque para vivir hay que conservar muchas esencias –tiernas, sensatas, locas y rebeldes-. Siempre hay gente que prefiere trascender. Hasta yo quería. Ya no.
Me he descubierto ligeramente cursi, un poco inmóvil y absolutamente intrascendente a la luz de la posmodernidad.
Quizás deberíamos vivir más y sin tanto misterio, sin tantas pretensiones, aunque pretender sea de sabios… Sin pretender que otros sean como queremos, y comprendiendo más; sin ser gente de camisas cuadradas y sin jorobarle la curva a cualquier propuesta indecente porque viola los cánones de mi abuela. Porque a veces –solo a veces- queriendo, no se puede; y sin querer se logra.
Pero lo más triste de todo es saberse trascendente y hacerse el intrascendente, y desperdiciar la permanencia en la vida de algunas gentes. Vivir es correr y beber, y escribir y leer libros nuevos, pero también se puede vivir en un mismo lugar, quietecito, al calor de alguien o de algo…y en ese estado de la materia, lo que camina y se mueve son argumentos mucho más profundos y verdaderos. Es triste no querer entender que permanecer no es una manera de morir; que quedándote, también puedes trascender...
Hay que creer en la cualidad aérea de los seres humanos….
Por ejemplo, y para cerrar: conocí a un tipo patéticamente irresistible, inmerecedor de cualquier letra por cuanto consideraba merecerlas todas, que se empeñaba en correr, en saber todo, y que en su puto apuro se hacía el que pasaba de largo..Lástima que nunca se decidió a ser como nosotros, los tontos cursis, inmóviles e intrascendentes, y solo se concentró en su genialidad.  Si se le ocurriera, en un aniversario cerrado, hacer sus recapitulaciones, en solo 5 minutos descubriría cuánto se perdió y cuánto le falta por perderse. Así de simple…como pa volverse cursi –más cursi- y escribirle: pasarás por mi vida sin saber que quedaste.



viernes, 26 de julio de 2013

De Silvio......

Todo el mundo tiene su Moncada....

Menos mal que existen
los que no tienen nada que perder,
ni siquiera la muerte.
Menos mal que existen
los que no miden que palabra echar,
ni siquiera la última.

Se arriman
a la noche y al día
y sudan
si hay calor y si hay frío se mudan.

No esperan
echar sombra o raíces
pues viven
disparando contra cicatrices.

Escuchan
se proyectan y lloran
debajo
de sus huellas con tanto trabajo.  

Se mueren
sin decir de que muerte
sabiendo
que en la gloria también se está muerto.

Menos mal que existen
menos mal que existen
menos mal que existen
para serlo.

Menos mal que existen
los que no tienen nada que perder,
ni siquiera la historia.

Menos mal que existen
los que no dejan de buscarse así
ni siquiera en la muerte
de buscarse así.

El más alegre de la Historia..

Son sesenta años y Santiago sigue amaneciendo entre los ruidos y los recuerdos de una ciudad que guarda momentos especiales....Las montañas parecen cuidarlo todo en silencio... 
Debo una visita, otra carta de amor y una conversación a mitad de noche en pleno centro de la ciudad.....
Le debo un amor a Santiago, o quizás dos....uno nuevo y otro viejo, pero ambos entrañables y presentes.....
El Moncada se llena de gente hoy para celebrar un acto, pero diariamente se llena de niños, de sus sonrisas, de ojos que saltan sobre los muros para ver más allá y buscan los límites de la ciudad con sus calles empinadas, con su bahía y sus calores....
El Moncada sobrepasa hoy cualquier celebración y se convierte en un día a día interminable, en una batalla eterna por la vida, incesante y hermosa....
El papel me puede más hoy.....solo puedo decir que amo a la vieja Virginia y celebro con ella y su familia el día más alegre de la Historia...el día en que una pila de jóvenes fueron más felices cuando partían al lugar donde lo más importante era honrar al Maestro....Y lo hicieron, y dieron luz de aurora.....
Santiago fue, desde entonces, una ciudad más  profunda, heroica.... hermosa...


martes, 2 de julio de 2013

Está creciendo......

No pensé nunca que fuese tan difícil dormir sin Felipe, sin despertarme por las madrugadas...solo llevo dos días sin él y parece que se me acaba el mundo...y  ¿él?...feliz de lo lindo, paseando por Pinar del Río....sin acordarse de mí como si su consejo hubiera sido suficiente para que yo me mantuviese por la línea sin serle infiel: "chao, mamá, pórtate bien"...Esas son las cosas que hay que escucharle a un hijo después de que con tanto esmero lo cuidas casi 4 años sin separarte de él......o será que nos hacía falta esa distancia para darnos cuenta de que no podemos vivir el uno sin el otro -aunque él, con la piscina de su prima, los tubitos de pintura y sus carritos tiene como pa olvidarse de mamá una semana-.....No es fácil...pero tampoco es difícil...es, simplemente, el comienzo de la independencia......Felipe está creciendo......